El uso de recursos como de materiales didácticos no
es algo nuevo que comienza a surgir con las TICs sino que han sido parte de las
estrategias que utilizaban y utilizan los docentes desde hace mucho tiempo El
uso de los mismos siempre ha tenido como principal finalidad el atrapar la
atención de los alumnos, de motivar para que
se “enganchen” más fácil y así lograr que el proceso de
enseñanza-aprendizaje sea más fluido.
También, han sido
utilizados para clarificar conceptos que de otra forma serían más difíciles de
comprender y los alumnos pueden sentirlos como algo lejano por ejemplo con los
conceptos abstractos.
Sin embargo, muchas veces
no quedan del todo claro las diferencias entre recursos y materiales didácticos
como tal utilizando dichos términos con la misma finalidad.
Es por ello que Pere
Marqués (2000), comienza haciendo una distinción entre lo que son los recursos
y materiales didácticos siendo los materiales todo aquello elaborado con la
finalidad de facilitar los procesos de enseñanza-aprendizaje. Mientras tanto,
los recursos son elementos que en un contexto educativo determinado pueden
servir para facilitar también dicha tarea.
Los recursos, no sólo son
elementos que utiliza el docente con tal finalidad (como estrategia) sino que
también, están conformados por todo lo que encontramos en cualquier institución
desde lo mobiliario, lo bibliográfico entre otras cosas como recursos humanos
por ejemplo.
Sin embargo, lo
fundamental siempre será la guía por parte del docente y la construcción que
ayude a formar complementando su tarea con lo mencionado anteriormente. Es
decir que el material o recursos como tal en sí mismo no tendrían un
significado sino que es el docente quien tiene que saber brindar el significado
al contextualizar su uso con fines determinados. Esto entonces significa que no
será mejor ni peor docente porque use menos o más recursos o materiales sino se
debe saber cómo integrarlos y tener en claro cuáles son los objetivos al
momento de elegir determinada estrategia y no otra.
De todas las
clasificaciones enumeradas, considero bien práctica la enunciada por Pere
Marqués (2000) en la que divide específicamente los recursos según su
funcionalidad o plataforma tecnológica. Es en el segundo caso, que es bien
claro al momento de utilizar por
ejemplo para clasificar con qué recursos
cuenta una institución y/o docente hacerlo en base a esto. Poder dividir los
recursos en convencionales, audiovisuales y en nuevas tecnologías da un
panorama amplio de lo disponible para
usar en cada momento según los objetivos o metas en cada secuencia o tema.
Más allá de la naturaleza
de los recursos o materiales todos deben de cumplir con determinadas funciones
con determinados propósitos educativos para ser considerados como tal. Es por
ello que según Jordi Díaz Lucea, los recursos deben de ser motivadores, deben
de dar soporte a los profesores, deben facilitar los aprendizajes, así como
tener una función didáctica.
Mientras tanto con el surgimiento
de las aulas virtuales, los recursos y materiales didácticos también se han
tenido que actualizar y ser contextualizados para dichos entornos. Es así que
los mismos integran variedad de recursos
como escritos, audiovisuales, interactivos para acompañar la interactividad que
promueven las aulas virtuales y no ser un simple pasaje de un texto escrito a
uno electrónico.
Además, no todos los
recursos tendrán los mismos elementos, sino que gracias a las variadas
herramientas que podemos encontrar de manera gratuita en internet podemos usar,
crear y reutilizarlos con diferentes finalidades.
Y justamente en base a la finalidad
que tengan, los recursos se pueden dividir en los que sirven como información,
los que promueven el trabajo colaborativo, y los que están enfocados específicamente
en el aprendizaje siendo un ejemplo de ello los libros electrónicos, las wikis
y las guías didácticas.
El uso de recursos TICs
tiene amplia ventajas en todo tipo de aula (b-learning y e-learning)ya que al
utilizar diferentes elementos se puede potenciar las diferentes inteligencias
presentes en cada uno de los alumnos. Y obviamente que en aulas totalmente a
distancia hay que promover y fortalecer todos los canales de comunicación y
tratar de que los alumnos opten por la mejor manera de aprender según sus
posibilidades.
Además de las ventajas, se
deben de tener en cuenta la calidad y cantidad de equipos, de Internet, las
características de los alumnos entre otras tantas cosas para que no termine
teniendo frustración por parte de los alumnos sino todo lo contrario.
No sólo al momento de
utilizar recursos digitales hay que tener elementos en cuenta, sino que desde
el diseño se debe de tener presente la diferencia de si lo hacemos para una
clase presencial o virtual. En el último caso, hay que tener en cuenta tanto
las características de los estudiantes como de la Institución.
De todas formas, siempre
es bueno utilizar la mayor variedad de recursos disponibles así como crearlos
siguiendo una coherencia en cuanto a los contenidos y objetivos del curso.
No significa que a mayor
uso o bombardeo de recursos se lograrán mejores resultados sino que los mismos
deben de ser integrados al momento de planificar cuidadosamente lo que queremos
lograr y cómo. También es importante saber si queremos realizar trabajos de
forma colaborativa, individual o grupal, por ejemplo. De eso, dependerán las
estrategias y recursos que el docente vaya a utilizar que como docente además
de ser experto en un tema debe de promover.